domingo, 30 de mayo de 2010

Felizmente cansado

Una de las razones por la que no escribo más a menudo en el blog es por los días tan extraños y alucinados que vivo. Como ejemplo, describiré uno reciente. Me despierto confuso, me ducho y busco entre mi caos textil con qué taparme, lo plancho y me visto. Voy a trabajar. Nada más llegar a la tele, voy a un instituto a grabar una exposición de los alumnos de plástica, que explica una profesora hippie entusiasmada, respondiendo a mis preguntas aún dormidas. Vuelvo a la tele, escribo algunas noticias y voy a tomar un café. Acto seguido, ya más despierto, acudo a un colegio a grabar una plantación de árboles por los alumnos y un profesor trasnochado me cuenta no sé qué proyecto de ‘La buena suerte’. Vuelvo a la tele y escribo el resto de noticias. A las dos y media me pongo una camisa y una chaqueta que no sé si combinan y doy las noticias en directo. “Buenas tardes señoras y señores. Bla…”

A las tres vuelvo a casa y cocino mis famosas chuletas deprimidas o algo peor. Duermo una breve siesta. Me despierto, me ducho, me afeito y plancho una camisa. Me pongo el traje y la corbata. Me voy a la tele. Llega el jefe del Estado Mayor del Aire y presento un acto institucional y castrense que sirve de inauguración para un avión Mirage F1 (¿?) que ha donado el Ejército del Aire al pueblo. Suenan los himnos y todo eso. Luego hay una ofrenda floral en una ermita, y mientras fumo un cigarrillo un jubilado de 70 años, ex combatiente en el ejército ruso, me cuenta que quiere saltar en paracaidas y no le dejan. Voy a un aperitivo posterior y un militar de prensa me dice lo mucho que envidia mi trabajo mientras lo miro en silencio, con los ojos muy fijos, y comiendo un canapé insípido. Vuelvo de nuevo a la tele, y tras ultimar algunas preguntas, presento un debate entre diez personas (niños incluidos) sobre energías renovables. Una hora de energías renovables. Termina el debate, después de que un niño apocalíptico describa los peligros de los embalses. Recogemos focos, cámaras, cables… Salgo de trabajar, y vestido de chaqueta voy a tomar una cerveza a un bar oscuro en el que la gente me mira como si fuera el novio de cera de una tarta. Tengo compañía femenina pero me siento solo, y contemplo cómo mis batallas acaban en derrota una vez más. Pido otra cerveza para mantenerme en pie y asimilar. Bebo y fumo y miro a los ojos. Es una conversación más bien triste e irremediable. Me marcho a casa. El piso está frío y oscuro. Me quito la corbata, el traje, me miro al espejo pero no veo a nadie. Me meto en la cama y aspiro en la almohada un recuerdo de perfume que todavía dura. Leo unas páginas de ‘París era una fiesta’ de Hemingway en las que describe el alcoholismo de Scott Fitzgerald. Cierro el libro y apago la luz. Estoy triste. Repaso el día mentalmente y pienso que todo lo ha hecho otro por mí. No he sido yo el que ha estado ahí, sino mi sombra. Eso me pone aún más triste. Tengo sueño y no puedo dormir, así que pienso en momentos de mi infancia, cuando todo era más sencillo y luminoso. Al fin, el sueño va venciendo y concluye un día más sin escribir en el blog. Así de simple. Así de complejo.

7 comentarios:

  1. Vaya Dani, no es tu mejor dia, tampoco se si es el mejor dia de tu sombra..... todos somos Ignatius: grandes por fuera y pateticos en cualquier caso, nada tiene sentido, y sin embargo los demas nos ven como si cada paso que damos fuera el acertado (menos mal que conmigo la gente se da cuenta de lo irremediable del ser humano....)
    teresa

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  2. Leyendo este post me he visto un poco a mí. Me vas a permitir que te ponga el link de esta canción. A lo mejor no es del todo de tu gusto, pero me ha venido a la mente mientras te leía:

    http://www.youtube.com/watch?v=xOfgkjbQ1XU

    Cuando caigo en la cama, yo salgo a correr, huyendo hacía un lugar en mi mente en el que soy feliz, en el que por fin he aprendido qué es lo que quiero. Pero siempre me despierto sabiendo qué es lo que no quiero, pero no lo que quiero. Dani, ¿cuándo crees tú que encontraremos nuestro sitio?

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  3. nunca denayra.....
    teresa

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  4. No estoy de acuerdo con Teresa. No sé cuándo encontraremos nuestro sitio, pero seguro que lo encontraremos. Si aniquilamos también la Esperanza, estamos perdidos. No hay que desesperar, sólo seguir con la espada en alto.

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  5. ¡Que estoy mu loco, que me ataraxioo!2 de junio de 2010, 0:39

    Te doy el mismo consejo que me diste tú hace poco: no te canses. Aunque bueno, si es felizmente, tampoco está tan mal. Además, ¡qué coño! Si el objetivo, el que no te salía, era estar deprimido. Así que supongo que es hasta una buena noticia. Entre ataraxia y ataraxia, una bajona nunca viene mal. Así que, cánsate hasta que te canses de cansarte. Y vuelta a empezar.

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  6. Es que es verdad, debería estar deprimido pero no me sale... jajajjaa. En realidad, este post no es justo conmigo mismo, porque lo cierto es que no me siento cansado, sino más bien aburrido. La verdad es que en estos momentos tengo bastante energía, lo que ocurre es que no sé cómo ni dónde gastarla...

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  7. He abandonado este rincón inconscientemente durante una larga temporada, y entradas como esta me hacen arrepentirme de ello.
    Me veo en el derecho -y casi deber- de comentar esta detallada experiencia, quizás por el simple hecho de que me resulta bastante familiar...como si hubiera estado allí...como si al llegar a mi casa ese mismo día hubiera experimentado una sensación exacta...

    Tu texto demuestra que no siempre podemos echarle la culpa a la misma zorra. Lo más fácil sería culpar a la rutina, pero en realidad es mucho más complejo que eso...
    Es evidente que ese día no fue un día como todos los demás, y también es evidente que, probablemente, llegaste a casa sintiéndote más vacío que cualquier otro de tus rutinarios días.

    Por otro lado y en referencia al comentario de nuestra Tere, tengo que decir que estoy totalmente de acuerdo. Independientemente que su comentario haya sido expuesto de una manera despreocupada o, de lo contrario, lo haya escrito con todo el uso de razón que le caracteriza, creo que en una palabra ha podido expresar lo que, también a mi modo de ver,nos depara esta vida: NUNCA (encontraremos nuestro sitio)
    Puede parecer una opinión demasiado pesimista, deprimente o sombría...pero creo que el destino es no sentirnos nunca realizados, no estar jamás satisfechos.
    Lucharemos por unos objetivos con todas nuestras fuerzas, tragaremos montones de mierda con la esperanza de que todo es un simple escalón que nos llevará a ellos, y cuando lleguemos diremos...y ahora,¿qué?
    Y lo peor de todo es que nos daremos cuenta de todo lo que nos hemos perdido intentando luchar por un objetivo que tampoco termina de llenarnos. Una persona, me dijo una vez: 'Desaprovecharás el día de hoy, pensando en mañana'
    Pero por otro lado, quizás el no sentirnos jamás realizados es lo único que nos permite seguir en movimiento, y en constante lucha por sentirnos vivos.
    Creo que lo realmente triste sería encontrar nuestro sitio, sin más...acomodarnos y creer que somos felices...

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