lunes, 29 de junio de 2009

Manuscrito encontrado en Zaragoza

Siento la inactividad del blog, pero es lo que tiene estar de vacaciones... el ocio llama a la pereza. Comienzo con las recomendaciones literarias para este verano. Aunque haré una lista con libros diversos en la próxima entrada, ésta la dedico exclusivamente al libro en el que ando zambullido estos días. Se trata de "El manuscrito encontrado en Zaragoza", de Jan Potocki.

Es uno de esos libros extraños y tochos (mil páginas) que me encantan para el verano. Novela gótica en la que se mezclan aparecidos, bandoleros, cabalistas, erotismo, y mil historias entrelazadas. Con todos esos ingredientes, cualquier chupatintas de la literatura actual hubiera escrito algo bochornoso seguro. Pero Potocki (1761-1815) lo hace con una elegancia y una maestría grandiosas. La diferencia fundamental que encuentro entre la novela gótica y el resto de sus coetáneas, es que en ellas se habla del honor y del pundonor, pero también del miedo y la flaqueza. Retrata la realidad hipócrita de la época con sus dos caras. Y la lía parda.

Como en Internet encontraréis mil sitios que ya os describen el libro, sólo digo aquí algunas impresiones. 1. En primer lugar, cuando leo libros de este siglo me sobrecoge la comparación con el mundo actual, por lo mal parados que salimos, claro. Los hombres entonces eran hombres de verdad, y las mujeres, mujeres de verdad. Por derecho. 2. Potocki, tras escribir esta monumental obra, no tuvo otra cosa que hacer y se dedicó a limar una bolita de plata de su tetera hasta convertirla en una hermosa bala, adecuada al cañón de su arma, y se quitó la vida. Sublime. 3. Me encantaría dormir en una venta abandonada de Sierra Morena, hacer un trío con dos moras, y despertarme a la mañana siguiente entre dos horribles ahorcados en mitad del desierto. Eso eran juergas.

PD: Hay una película sobre el libro, dirigida también por un polaco, y que Scorsese y Coppola editaron en dvd en el 2002. Muy buena.

PD2: El descubrimiento de este libro se lo debo a mi amigo Vicente, que, entre otras muchas cosas, es un gran recomendador.

viernes, 19 de junio de 2009

Interludio 2

Como estos días estoy un poco atareado, publico nuevamente una entrada intermedia para dar un poco de color a esto, y dar algunos apuntes. Como estoy a las puertas de las vacaciones, ahora tendré tiempo para darle jarilla al blog y escribir sobre varias cosas pendientes. Como adelanto, diré que aparecerá un nuevo volumen de la sección Grandes Personajes, y tendréis nuevas noticias sobre el Descubridor de Chemtrails (ha tenido una entrevista con el alcalde y esto tiene pinta de llegar lejos). También habrá una entrada sobre política para caldear un poco el ambiente, y varias recomendaciones literarias para los que intensifican la lectura en verano. Además, pronto publicaré una entrevista a la agitadora cultural Tere Zarco que no tiene desperdicio.

Más cosas. Querido Pope, siento haber eliminado tu comentario, pero este blog desgraciadamente no es un lugar democrático. Sobre mi vertiente hijopustesca y cabrona que, como saben todos los que me conocen, nunca oculto, soy el único autorizado hasta el momento para hablar en este blog, y lo haré, pero cuando me apetezca. Si os aburre el blog, es tan fácil como no leerlo. Y os animo a Zalín y a ti a que creéis vuestro propio espacio y desde allí criticar cuanto queráis. Todo esto lo digo, se sobreentiende, desde el cariño.

Por otra parte, me alegra que una entrada como la anterior, que habla de una cosa como es el arte, que puede parecer que interesa poco, haya sido la que más comentarios ha tenido desde la creación del blog.

Besos a todos.

lunes, 8 de junio de 2009

El placer estético, el concepto de Belleza y otras cosas...


A propósito del arte moderno, copio a continuación algunos párrafos de una crítica que escribí hace ya un tiempo, cuando era estudiante de Periodismo, sobre la Bienal de Arte Contemporáneo de Sevilla. Era para la asignatura Estética y en ella, en contra de lo que pensaban algunas compañeras de la élite socioeconómica de mi ciudad cuando la iniciamos, no aprendimos nada sobre los rayos uva. Yo decía esto, y mi opinión no ha variado en exceso:

En uno de los múltiples vídeos que se exhiben en la Bienal de Arte Contemporáneo se puede oír cómo una voz repite incansablemente “¿qué es el arte?” mientras puede verse el rostro de una joven cuya cara es manoseada de forma continua. ¿Qué es el arte? Como respuesta a esta pregunta, han aparecido innumerables definiciones a lo largo de la historia, muy dispares entre sí y la mayoría de ellas coinciden en la inclusión de la belleza como algo imprescindible. Sin embargo, las obras que se exhiben en el monasterio de la Cartuja, no parecen encajar con las características que se le presuponen a una obra de arte.

A pesar del importante presupuesto con el que contaba, la Fundación Biacs no ha sabido dotar de unidad al conjunto de obras expuestas. Al salir, uno tiene la sensación de haber recorrido un parque temático, lleno de formas y colores, pero que dejan una sensación de vacío enorme, y una intuición de estafa cultural. Pueden ser muchas las sensaciones al contemplar la BIACS, pero desde luego, no la de haber contemplado una verdadera obra de arte.

En primer lugar, si entendemos el arte como un equilibrio entre conocimiento, expresión y formación, no es posible que todo lo que denuncie, provoque, o contenga un mínimo de belleza pueda ser considerado arte. Para que eso ocurra, debe haber una firme intencionalidad estética, perseguir la belleza estrictamente y buscar la forma por la forma. La belleza es lo fundamental, y luego se puede buscar la provocación, la reflexión de los receptores, la originalidad, etc. Pero cuando se invierten esos elementos, y se pretende llamar la atención sustituyendo la belleza por lo grotesco, la obra deja de convertirse en arte para pasar a ser un mero juguete visual con el simple y vulgar propósito de entretener.

En segundo lugar, pienso que la obra de arte está muy ligada al concepto de creación. En la obra de arte, el hombre crea belleza de la “nada”. Pero cuando el arte consiste en la manipulación de objetos dispuestos de una determinada manera (sillas con cubos de agua, camas, monitores de televisión,…), no exige la creación del artista. Exige un mínimo esfuerzo para la disposición de objetos cotidianos, al alcance de cualquier mente humana. En definitiva, la vanguardia y lo nuevo no equivale a lo bueno y a lo bello.


Mi profesor de estética no estaba en absoluto de acuerdo conmigo, y discutimos durante una clase entera. Él, que era un poeta más bien malo, aunque con cierta elegancia, consideraba, como mandan los cánones de la moda, que el concepto de belleza está obsoleto. Y desde entonces no he vuelto a escuchar nada más estúpido.

PD: Como demostración de que no todo el arte contemporáneo se reduce a la basura que nos colocan en las exposiciones de tercera, pongo un cuadro de uno de mis pintores favoritos: Mark Rothko. Murió en el 70, y él sí creía en la Belleza.

jueves, 4 de junio de 2009

La Caravana Amarilla


Me gustaría levantarme un día, vender mi coche y comprarme una caravana vieja de segunda mano; coger al Gato Silvio, ponernos los dos un sombrerito de paja (para él con aberturas para las orejas), una camiseta blanca de tirantas y dejarnos los pelos largos otra vez. Sólo los dos con la guitarra, vagabundeando por el mundo. Libres de las ataduras forzosas de una tierra extraña, y esclavos con llagas por la ausencia de raíces verdaderas. Luego, escribiría, como un John Steinbeck de menor tamaño, un libro titulado ‘Viajes con Silvio. En busca de mí mismo’.


Ese es el estado de ánimo que tengo ahora. En otras ocasiones, lo que me apetece es casarme, tener hijos, una hipoteca e ir los sábados temprano a comprar pescado y fruta para la semana.


Eso es lo que más me irrita de mí mismo: tener tantas dualidades. Próximamente escribiré con más detalle sobre las dualidades, que me parece un tema muy interesante y tormentoso.