sábado, 7 de marzo de 2009

La atracción

-Nunca me he resistido a la hermosa puerta de un laberinto.

-¿Y eso por qué?, ¿es que te atrae perderte?

-No lo sé, cuando me encuentro en mitad de uno de ellos, y no sé dónde está la salida, me siento angustiado. Pero no porque no sepa salir, sino porque sé que al final saldré. Y entonces, ya no estaré perdido. Ni en un laberinto.

-Bueno, mejor así, ¿no?

-¿Mejor en casa, aburrido, que en el mismo centro de un laberinto?, ¡pero qué dices!

No hay comentarios:

Publicar un comentario