-Nunca me he resistido a la hermosa puerta de un laberinto.
-¿Y eso por qué?, ¿es que te atrae perderte?
-No lo sé, cuando me encuentro en mitad de uno de ellos, y no sé dónde está la salida, me siento angustiado. Pero no porque no sepa salir, sino porque sé que al final saldré. Y entonces, ya no estaré perdido. Ni en un laberinto.
-Bueno, mejor así, ¿no?
-¿Mejor en casa, aburrido, que en el mismo centro de un laberinto?, ¡pero qué dices!
-¿Y eso por qué?, ¿es que te atrae perderte?
-No lo sé, cuando me encuentro en mitad de uno de ellos, y no sé dónde está la salida, me siento angustiado. Pero no porque no sepa salir, sino porque sé que al final saldré. Y entonces, ya no estaré perdido. Ni en un laberinto.
-Bueno, mejor así, ¿no?
-¿Mejor en casa, aburrido, que en el mismo centro de un laberinto?, ¡pero qué dices!
No hay comentarios:
Publicar un comentario