lunes, 27 de diciembre de 2010

Dictadura del Invierno

El frío congela los huesos y borra todo recuerdo cálido. El viento limpia el rostro y el mundo aparece nuevo, aunque receloso y hostil. Las aceras calientes sólo son ahora sueños confusos de otras vidas más luminosas. Las borrascas nos van alejando y yo sigo caminando a buen ritmo como siempre, pero sin rumbo como nunca. Los anticiclones me enrojecen la nariz y casi olvido tu aroma. Una tragedia insoportable.

Nada que ver con esos inviernos que tú convertiste en mis mejores veranos.

4 comentarios:

  1. ¿Lo has escrito tú, Dani? Porque me ha gustado moito.

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  2. Sí Pepe, lo he escrito yo... Es lo que pasa cuando uno no está muy bien de la cabeza, que empieza a escribir.. jeje. Me alegro de que te guste. Un abrazo tío!!

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  3. Veranos en los que el viento y la escarcha inmisericordes no hacían sino refrescar ligerísimamente, de modo casi imperceptible, el exterior de las entrañas caldeadas por tu esencia y tu figura...
    Sí, realmente, el frío no siempre es "tan frío"...

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  4. Me has puesto los pelos de punta, cabrón, qué bonito

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