domingo, 22 de agosto de 2010

Ella no tiene ni puta idea...

… de lo que esconde. Quien quiera que seas ¡sal de su cuerpo, de ese palacio inmerecido! Ignora que ella significa el orden y a la vez el caos. Guarda tal dosis de alegría y vida radiante, que si fuera consciente de ello, sería fatal para nosotros. Y no lo sabe; se limita a ser, como debiéramos todos y casi ninguno logra. Su misterio y complejidad son indescifrables, y no la puedo asumir alegremente, porque es desbordante y punto.

No existen reglas para ella, y si nacen es porque las crea de forma ingenua. Esto es lo asombroso. Toda ella se derrama y sola se repliega, a su antojo, como de costumbre. Posee una potencia inaudita y yo, el más bravo de todos, aún con diez mil brebajes –que sabe Dios que los tomo- soy incapaz de mantenerme erguido ante figura tan graciosa.

Pues nada parecido me he cruzado. Reparte dolor y besos y más dolor en proporciones exactas, ¡Y qué inocente!, ¡Y qué detestable! Una belleza terrible y verdadera. Inmutable siempre, resulta increíble porque ni siquiera sufre, tan sólo se limita a padecer. Y cuando padece se hace magnífica.

Un torrente de vida por los cuatro costados, con capacidad ilimitada para retorcer lo sencillo y simplificar lo asquerosamente complejo. Todo con un gesto casualmente innato. Su candor es fiereza disfrazada y viceversa. Sólo una mirada y la conversión ya es un hecho. Tal es su poder. Los escudos se resquebrajan, los metales estallan.

¡Ah, y esa oscuridad! Esa sombra perversa que se adivina en sus ojos y en su hombro desnudo. Toda colosal, persigue en sueños, mientras su cuerpo reposa. Salvaje y visceral, incluso tumbada en el suelo desafía, lanza improperios y vaticina. Advierte tu desgracia por si no lo sabías, y así queda exenta de culpa. Porque no conoce la culpa a pesar de las víctimas. Ama sólo un rato, pero ¿qué ama? Nadie lo sabe.

Posee venenos a docenas y nunca averiguas cuál es el de hoy ¿Uno placentero y mortal? Maneja la dulzura y los escupitajos en todas sus gamas. No vacila, deja la melancolía para otros.

Y no es que no merezca uno semejante demostración de Belleza; no es que sea incapaz de afrontarla. Simplemente, resulta demasiado compleja de aprehender. Y sólo un imbécil puede soportarlo, pues su ignorancia lo protegerá de saber que ha topado con una jodida Diosa.

2 comentarios:

  1. Será la muerte?¿ jajaja...lo primero q pensé..q retorcido suena...;)

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  2. CReo que es de lo mejor que tiene!!!!

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