Soy cristiano y cobarde, y no soy el único. Como yo andan muchos. Mi amigo Luaces, que es uno de los pocos señores por derecho que quedan en este país, también es ambas cosas. A muchos de los que leéis este blog os parecerá extraña la entrada, pero a otros no. Soy cristiano y lo digo aquí y donde sea, aunque no sea muy políticamente correcto hoy en día. Y a continuación me explico, aunque brevemente.
Soy cristiano porque la Creación me parece algo incuestionable, y el ser humano una prueba irrefutable de la existencia de Dios. Porque creo en el Bien y en el Mal y repudio el relativismo absurdo que todo lo empapa ahora. Porque creo en la Verdad revelada por Jesucristo. Porque creo en el Cielo y el Infierno. Porque he hablado mucho con Dios y Él me ha escuchado.
Pero soy cobarde porque no vivo como pienso. Porque me entrego a los placeres del mundo sin control y sin fe. Porque vivo como si esta vida fuera la única y se agotara en sí misma. Porque me atrae perseguir el Bien aunque esté manchado. Porque no tengo fuerzas para ser firme en este tiempo de caos moral. Porque, en este aspecto, soy un cobarde. Porque he hablado mucho con Dios y no siempre he creído ser escuchado.