
Es uno de esos libros extraños y tochos (mil páginas) que me encantan para el verano. Novela gótica en la que se mezclan aparecidos, bandoleros, cabalistas, erotismo, y mil historias entrelazadas. Con todos esos ingredientes, cualquier chupatintas de la literatura actual hubiera escrito algo bochornoso seguro. Pero Potocki (1761-1815) lo hace con una elegancia y una maestría grandiosas. La diferencia fundamental que encuentro entre la novela gótica y el resto de sus coetáneas, es que en ellas se habla del honor y del pundonor, pero también del miedo y la flaqueza. Retrata la realidad hipócrita de la época con sus dos caras. Y la lía parda.
Como en Internet encontraréis mil sitios que ya os describen el libro, sólo digo aquí algunas impresiones. 1. En primer lugar, cuando leo libros de este siglo me sobrecoge la comparación con el mundo actual, por lo mal parados que salimos, claro. Los hombres entonces eran hombres de verdad, y las mujeres, mujeres de verdad. Por derecho. 2. Potocki, tras escribir esta monumental obra, no tuvo otra cosa que hacer y se dedicó a limar una bolita de plata de su tetera hasta convertirla en una hermosa bala, adecuada al cañón de su arma, y se quitó la vida. Sublime. 3. Me encantaría dormir en una venta abandonada de Sierra Morena, hacer un trío con dos moras, y despertarme a la mañana siguiente entre dos horribles ahorcados en mitad del desierto. Eso eran juergas.
PD: Hay una película sobre el libro, dirigida también por un polaco, y que Scorsese y Coppola editaron en dvd en el 2002. Muy buena.
PD2: El descubrimiento de este libro se lo debo a mi amigo Vicente, que, entre otras muchas cosas, es un gran recomendador.